Argumento Acto II

 

acto II

Iris, los atributos, 2003

 

 “… eros es por naturaleza el ámbito privilegiado de la frustración, de los fantasmas criminales y de la desmesura… ¿Será también eros el lugar privilegiado de la repetición machacona y de la repetición intangible, siempre dispuesta a resurgir?

Alain Robbe-Grillet

Y por eso, ahora voy a remover y contar todo lo acontecido

en casa, aunque sea ‘sucio’”.

Iris Cabezudo

“Ahora usted, olvídese de todo” –le había dicho el abogado a aquella joven que, tras pasar un breve período en prisión por el homicidio de su padre, fue declarada inimputable. Pero ni ella ni sus hermanos pudieron olvidar el “drama” de tantos años: su madre se los evocaba “hablando apasionadamente y a ritmo rápido, repetía una y otra vez, como en cine continuado, los episodios vividos, y las discusiones habidas”.

“Y para defenderme, tengo que recordar” –escribió aquella mujer encerrada veinte años más tarde en el hospital Vilardebó. ¿Pero de qué modo? Pues la memoria, lo ha mostrado Kierkegaard, puede funcionar según el modo de una reminiscencia o de una reanudación: “Reanudación y recuerdo son un mismo movimiento, pero en direcciones opuestas; porque lo que uno vuelve a recordar ha ocurrido: así pues, se trata de una repetición que vuelve hacia atrás; mientras que la reanudación propiamente dicha sería un recuerdo que vuelve hacia delante[1].

¿Qué se reencadena con ese delirio de Iris Cabezudo que a la vez que se sostiene en el montaje de un relato sumamente coherente, se vuelve también una escritura que ciererra/sí erra en su intento de hacer saber lo que la enloquece? ¿Cuáles son las reanudaciones y los reanudamientos que empujaron su erótica? ¿Erótica acaso de duelos imposibles en una familia en la que las muertes se leen como asesinatos? ¿Cuáles los pasajes que atravesaron y los callejones sin salida en que se detuvieron tanto ella como su familia? ¿Cuáles los pases e impases en las relaciones de poder que se jugaron en las instituciones que la encerraron y excluyeron?

[1] S. Kierkegaard, La reprise, Flammarion, Paris, 1990, pp. 56-58. Traducción al francés de Nelly Viallaneixm, p. 4.