De vez en cuando, uno se encuentra con artículos de prensa que lo sacuden, que lo fuerzan a pensar. Este de Guy Hocquenghem es uno de ellos: escrito en tiempos ya remotos conserva, no obstante, toda su actualidad.
No es casual que este militante del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria ‒fundado en Paris en 1971‒ sea quien cuestione la pareja: pues es desde esas trincheras ‒como especialmente, hoy en día, desde ciertos feminismos y transfeminismos; aunque, también hay que decirlo, desde ciertos psicoanálisis como desde otras tantas voces sueltas, entre ellas, las de varios artistas‒ que la pareja, junto con la figura del amor hetero-romántico, se vienen poniendo en jaque en favor de otros afectos, de otros lazos posibles.
La pareja, forma totalitaria del “ser/estar-de-a-dos”, dice el título, al tiempo que, apoyándose en algunos trabajos más sesudos de antropólogos e historiadores de la época moderna, traza a vuelo de pájaro su genealogía.
Ahora bien, si ese totalitarismo homogeneizante es denunciado, es en tanto las políticas de Estado ‒psico-medicalización mediante‒ han intentado imponer a toda costa la pareja a cualquier realidad que, por una u otra cosa, a ella se le escapa.
Nada que reprocharles, en cambio, a esas existencias “de-a-dos” que tanto fascinan e incomodan a los curiosos agentes de la moral: relaciones simbióticas, locuras compartidas, codependencia emocional, son tan solo algunos de los nombres más tipificados e incluso mass-mediatizados. Al igual que solteronas, célibes y ermitaños, esos “de-a-dos”, inquietantes y raros, tampoco se ajustan a los parámetros de la institución familiar.
A un texto de este tipo no hay razón para pedirle exhaustivas argumentaciones académicas ni demostraciones científicas precisas. Nota-bomba: granada en mano, corresponde al lector quitar o no su anillo de seguridad.