Presentación del libro
“Nunca hubo más que dos literaturas: la de la mímesis y la del riesgo”, escribe Henri Meschonnic. Hoy siento la fuerte tentación de decir, so pena de algunos recortes necesarios para todo tipo de demostración: “No hay más que dos psicoanálisis: el de la imitación y el del riesgo”
Así comienza el texto de Laurie Laufer (2023), arriesgando una posición enunciativa de una escritura situada. Esta posición, da cuenta de una multiplicidad de discursos que generan un entramado de poder-saber dónde la homogeneidad del psicoanálisis resulta un imposible. Una escritura del riesgo y del compromiso epistémico, así leo, desde las epistemologías feministas, al libro que hoy nos reúne: “Por un psicoanálisis emancipado. Reanudar la subversión”. Lo leo como una intervención en las practicas del lenguaje, una afectación en “la forma en que se organiza el poder” (flores, 2019, p.44), una apuesta por dejarse tocar por los discursos de género y del campo queer para reinventar una práctica analítica del orden de la trans(formación), de la emancipación.
Quisiera detenerme en algunas cuestiones: La primera, la enuncié recientemente; una posición epistémico-política que visibiliza al psicoanálisis en su dimensión de contingencia histórico radical (Haraway, 1995), con sus tecnologías semióticas y entramados de poder-saber. La segunda; un método y un estilo de escritura que remiten a una práctica subversiva del lenguaje como técnica y a una posición epistémica donde la coherencia y lo unitario cede espacio a lo múltiple, a la vacilación y la duda. Y la tercera; una apuesta por retomar la subversión del psicoanálisis a partir de su afectación por los discursos de género.
La pregunta como sabotaje epistémico (flores, 2019), resulta fundamental en esta genealogía que expresa las afectaciones entre psicoanálisis, feminismos, estudios de género y lo queer en Francia. Una escritura jocosa que ríe con tropos y artilugios que agujerean una Historia con mayúscula. Una forma de hacer con las palabras, propia de una práctica queer, que sabe reapropiarse del insulto para tornarlo potencia política, y volver su existencia, una existencia política. Este libro, se ubica como heredero de una insurgencia Freudiana, del rechazo al discurso médico y a las nosografías psiquiátricas.
“Un libro, como cualquier otra cosa, es un entrecruzamiento de campos de fuerza y materialidades heterogéneas” (p. 15) Dice Ursula K. Le Guin (2022) y así leo a Lauri Laufer (2023), quien en los intersticios de una discusión epistémico política, da cuenta de un posicionamiento ético-político que reanuda la subversión del psicoanálisis.
Hoy el psicoanálisis corre un gran riesgo en la transmisión de su discurso habitual e incluso en su práctica. Corre el riesgo de faltar a la cita con las teorías feministas; corre el riesgo de fracasar en los estudios de género, los estudios queer, los estudios postporno, los estudios trans, los estudios decoloniales. En una palabra: la oportunidad epistemológica de vivificar el psicoanálisis en su práctica y en su transmisión radica hoy en no descuidar el debate con los critical estudies. ¿Podrá quizá de ese modo evitar ahogarse por congestión de moralismo y asfixia de normatividad? (p.42)
“…no se trata de salvar a Freud, sino simplemente de recobrar el filo subversivo del invento del psicoanálisis como método y como práctica” (Laufer, 2023, p. 37) A modo de riesgo epistémico, la autora encuentra “vías de emancipación frente a los dogmas psicoanalíticos” y “destaca tres ventarrones: el de las feministas francesas, el de Foucault y el embanderado con el acrónimo LGBTQI+” (pp.14-15)
Sostengo que estas figuras remiten a ciertos momentos de audibilidad disidente, que aunque porosos y resistentes, habilitan una fractura del discurso dicotómico. “¿Puede hablar la subalterna?” (s.f.) Se preguntaba Spivak en los 80, refiriendo, no tanto a si realmente podían hablar, vociferar, sino, más bien, si podían ser escuchadas. Propongo una lectura en el marco de una conflictiva en torno a la audibilidad de otros discursos y modos de existencia hasta hora subalternos. Laufer vislumbra, los entramados políticos del psicoanálisis, aquellos nudos problemáticos donde las luchas de poder se vuelven especialmente visibles en una episteme en tensión. La imposibilidad de referirnos a un psicoanálisis, se torna necesaria y explicita en los fragmentos citados por la autora, a modo de un Frankenstein desintegrado, el psicoanálisis devela su imposibilidad en tanto mismidad. La no universalidad de los discursos, la fragmentariedad y lo político, se tornan texto en esta historia disputada.
“Hay historias que requieren ser incesantemente reactivadas para ser transmitidas con nuevos datos y nuevas incógnitas” (p.51) (transmitir es saber que, si debe haber fidelidad, pasará por una transformación” (p.51) Dicen en su texto Isabel Stengers y Vinciane Despret (2023). Por un psicoanálisis emancipado. Reanudar la subversión, se sitúa en este tipo de textos arriesgados que delimitan su posición enunciativa, dando cuenta de otras historias, las historias que necesitan ser permanentemente suscitadas en un compromiso epistémicamente arriesgado.
Los psicoanálisis y los estudios de género comparten historias, de acercamiento y distanciamientos epistémico político por demás complejas y problemáticas. Pero, la idea difundida de una completa extranjería entre una y otra práctica, afirma una ficción de abyección y aislamiento discursivo que desconoce las afectaciones suscitadas. En este sentido, me sirvo de la imagen fronteriza propuesta por Gloria Anzaldúa (s.f.), para pensar la porosidad conflictiva entre los estudios queer y los psicoanálisis.
Asistimos a territorios constreñidos a una vigilancia extrema, esforzados por mantener un discurso de la epistemología de la diferencia sexual, erigida como universal y ahistórica; natural. La animosidad que muestra cierto psicoanálisis a las hibridaciones (Ayouch, 2020) o a los importunios (Barrios, 2023) del psicoanálisis por los estudios de género o las practicas queer, dan cuenta de una ahistoricidad que remite a una política de reafirmación de “lo natural” heredera de una epistemología de la objetividad científica. Pero, como plantea Ayouch (2020), la hibridación es constitutiva al psicoanálisis. En este sentido, Lauri Laufer (2023), apunta: “…el psicoanálisis, además de una praxis, es también una herramienta epistemológica que permite complejizar las cuestiones de género y diferencia sexual” (p. 22). Y continúa diciendo:
El género como teoría epistémico-política para pensar los discursos sobre los cuerpos, así como la producción múltiple de los géneros (cuerpo erótico-políticos) pueden dar nuevo impulso a una epistemología crítica del psicoanálisis, presente en los discursos corrientes de su época (p.27)
Sitúo este libro en línea con cierta ruptura de la epistemología de la diferencia sexual que habría anunciado Paul B. Preciado, en 2019, en su discurso dirigido a los psicoanalistas de la Escuela de la Causa Freudiana en París. Y, en respuesta a otros psicoanálisis que se sitúan, aún hoy, en una defensa acérrima de una anquilosada epistemología de la diferencia sexual. Así, en el epígrafe de la Tercera figura de la emancipación, Laufer cita a Preciado:
El psicoanálisis enfrenta una encrucijada histórica sin precedentes: continuar trabajando con la vieja epistemología de la diferencia sexual, legitimando de facto el régimen patriarco-colonial que la sostiene, y convertirse así en responsable de las violencias que genera, o abrirse a un proceso de crítica política de sus discursos y sus prácticas (Laufer, p. 135)
Dócil a lo trans, un texto de Jacques Alain Miller, publicado en respuesta al discurso de Preciado, sorprende por su animosidad e irresponsabilidad discursiva. En él, siempre en tono irónico, satírico y pedante, habilitados por privilegios de una identidad no marcada, se declara víctima de abuso por parte de su suegro, Lacan. Me remito a sus palabras a fin de comprender el tono del asunto:
Durante muchos años, fui víctima de mi suegro, abusos de autoridad innumerables e incesantes, tanto públicos como privados, que constituyen un verdadero delito de incesto moral y espiritual. Cedía al más fuerte que yo. Incluso consentí – ¡qué vergüenza! (Miller, 2021, p. 4)
La cita habla y creo innecesaria la explicación, aunque no dejaré de señalar la irresponsabilidad política de ubicarse como víctima de un abuso incestuoso, en el marco de una creciente lucha por la visibilización de las violencias sexuales constitutiva de un sistema de dominación patriarcal.
Miller continúa el texto ubicando, en términos de guerra, las luchas de las personas trans. Y, como si fuera poco, habla de una “supremacía trans”; “Regresemos a nuestros trans. Son víctimas. Como yo.” (p.5) Anuncia para comenzar a hablar del discurso de Preciado, y continúa más adelante:
Navegando sobre la euforia demográfica generada por el crecimiento exponencial del número de trans, de los cuales hemos visto anteriormente la realidad efectiva, los líderes del movimiento de emancipación trans ahora tienden a emitir enunciados que a veces toman el giro de lo que se podría calificar de supremacismo trans.” (p.21)
-¿Qué le pasa señor?- Me pregunto en varias oportunidades. Las palabras escapan de mi boca mientras recuerdo Avergonzado, ese texto aún tan vigente y necesario, publicado en 2005 por Jean Allouch.
Lauri Laufer, indócil a Miller, escribe:
“Estalló la tormenta. La crisis trans se abate sobre nosotros” es así como algunas corrientes del psicoanálisis consideran los trabajos y las investigaciones sobre el género y las sexualidades (…) Para él, la banda de los Foucault, Butler, Bourcier, Preciado (a quienes se vanagloria de haberlos recibido en su escuela, como un pescador de pesca mayor que exhibe su captura) se meten a interpretar los textos fundadores pero no entienden ni pizca de la obra de Lacan: a su juicio, lo que hacen es desfigurar pura y simplemente el psicoanálisis. ¿En qué se meten? “Estalló la tormenta -escribe-. La crisis trans se abate sobre nosotros. (…) Tratándose de garchar, es decir, si prefieren hablar fino, en el campo de la sexualidad, ahora hay un verdadero quilombo. Todo quedó patas arriba. La Butler y sus ménades han armado un lío inconcebible” (p.12).
Indócil, Laufer se desmarca explícitamente de este psicoanálisis anquilosado en un discurso de la diferencia sexual, aceptando la invitación de Preciado hacia un psicoanálisis mutante. “¿Cuál sería el género del psicoanálisis?”, se pregunta mientras responde: “Un género desopilado que trabaja con los conceptos analíticos, pero también con las posiciones institucionales que los contienen” (p. 196)
Para terminar, un poema de Susy Shock (2011), quien sigue haciendo con palabras:
¿Qué soy? ¿Importa? Siempre hay alguien que lo preguntaba
esas noches de arte luminoso de la Casa Mutual Giribone a donde el límite del escenario se iba haciendo tan finito.
“Soy arte”, digo, mientras revoleo las caderas y me pierdo entre la gente y su humo cigarro y su brillo sin estrellas y su hambre de ser.
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o el cometa que viene a despabilarte el rato que estemos, el rato que nos toque en suerte transitar, mientras La Garnier desgarra su canto a puro inglés narco-anarco-arco (pa´que el imperio lo entienda en su propio idioma).
Hay máquinas-machines que nos abruman, algunas hasta suplantan el hambre del amor, el olor del amor, el color del amor, el dolor del amor,
y yo no quiero eso.
Se me salió un taco,
se me corrió el rímel,
se me atascó la voz,
pero nunca el sueño.
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cada “Noches Bizarras” crecemos y no importa qué somos, si alcanzamos a poder serlo… el resto es máquina y yo no.
Referencias
- Allouch, J. (2005). Avergonzados. Imago Agenda. http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=440
- Anzaldúa, G. (s.f.). Borderlands. La frontera. Capitán Swing
- Ayouch, T. (2020). Psicoanálisis e hibridez. Género, colonialidad, subjetivaciones. Ediciones Navarra Unbevú
- Barrios, F. (2023). De/generar psicoanálisis. Witts editores
- Despret, V. y Stengers, I. (2023). Las que hacen historias. ¿Qué le hacen las mujeres al pensamiento?. Hekht
- flores, v. (2019) una lengua cosida de relámpagos. Hekht
- Haraway, D. (1995). Conocimientos situados: la cuestión científica en el feminismo y el privilegio de la perspectiva parcial en Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Cátedra.
- Laufer, L. (2023) Por un psicoanálisis emancipado. Reanudar la subversión. Escolios.
- Le Guine, U. (2022). Las chicas salvajes. Hekht.
- Miller, J. (s.f.) Dócil a lo trans. JAM-DOCILE-AU-TRANS-ES.pdf (elp.org.es)
- Shock, S. (2011) Poemario transpirado. Nuevos Tiempos
- Spivak, G. (s.f). ¿Pueden hablar los subalternos? MACBA. Spivak>06-07-09Final.indd (macba.cat)
- Preciado, P. (2020). Yo soy el monstruo que os habla. Informe para una academia de psicoanalistas. Anagrama
Notas
- Intervención en la Presentación del libro Por un psicoanálisis emancipado. Reanudar la subversión de Laurie Laufer, en Montevideo, en el Estereotipa, el 24 de mayo de 2024.
- A través del plural, intento señalar la imposibilidad de remitir al feminismo en tanto que uno e igual a sí mismo. Existen multiplicidad de feminismos.
- Las negritas son mías