¿La inocencia violada? de François Dachet

De las primeras cosas que uno cae en la cuenta al atravesar este pequeño y contundente trabajo de François Dachet es que, desde el psicoanálisis, Herbert Graf ha sido sistemáticamente ignorado en tanto que artista: poco o nada se ha dicho sobre sularga y exitosa trayectoria como “regisseur”. Su “caso” ha sido recogido desde otras perspectivas, pero Graf nunca ha sido interrogado en su vertiente
creativa. Es más, es casi como si el pequeño Herbert nunca hubiera crecido o se hubiera eternizado llamándose Hans. Sin embargo creció, inventó un oficio hasta entonces inexistente en las puestas en escena operísticas, escribió lo necesario y suficiente acerca de esos menesteres, envejeció y hasta se tomó la libertad de morirse. Es como si el psicoanálisis le hubiera enseñado a ser y eternizarse como niño y – desde su lugar de creador- no tuviera nada que enseñarnos. Como si el único interés ante su “caso” fuera encuadrar y recuadrar los orígenes de la fobia infantil o las posibles “resoluciones” del Edipo y sus impases, y sobre todo, hacerlo permanecer puertas adentro de la casa. Curioso trato que pone al descubierto el trabajo de Dachet. Ese es –a mi entender- uno de sus méritos decisivos.

